Siempre me gustó la Historia, especialmente la que nos habla de civilizaciones antiguas. Cuando surgió la idea de escribir Imperio Inka: Guerreros de Piedra, debo admitir que recordaba muchas cosas de la civilización Inca, pero tenía claro que tenía que profundizar mis conocimientos.
La idea era escribir una novela de fantasía épica basada en el mundo prehispánico, y entre los libros a los que recurrí debo hacer una mención especial a Historia del Tahuantinsuyu, de la destacada historiadora e investigadora María Rostworowski. Su obra nos transporta al nacimiento de un gran estado. Nos cuenta cómo un pequeño curacazgo logra convertirse en una de las civilizaciones más importantes de América.
A partir de ahí mi imaginación empezó a funcionar, y poco a poco construí la trama de una de mis novelas más importantes. La ficción fantástica permitió darle nueva forma a elementos culturales validados por reconocidos historiadores, convirtiéndolos en parte esencial de esta aventura épica.
I always liked History, especially that which tells us about ancient civilizations. When the idea arose to write Inka Empire: Stone Warriors, I must admit that I remembered many things about the Inca civilization, but it was clear that I had to deepen my knowledge.
The idea was to write an epic fantasy novel based on the pre-Hispanic world, and among the books I turned to, I must make a special mention of Historia del Tahuantinsuyu, by the prominent historian and researcher María Rostworowski. Her work transports us to the birth of a great state. It tells us how a small curacazgo manages to become one of the most important civilizations in America.
From there, my imagination began to work, and little by little, I built the plot of one of my most important novels. Fantastic fiction allowed cultural elements validated by renowned historians to be given a new form, making them an essential part of this epic adventure.
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